Declaración Pública
Hace tres años tomamos las calles y las desbordamos por todo el país. La marcha de millones de personas llevaba el descontento y la rabia acumulada por décadas de maltrato y abuso, pero también expresaba la esperanza de alcanzar una vida mejor, más justa y más digna. Aunque la protesta se relataba por el Gobierno y los medios tradicionales con el discurso de la guerra, y descargaba represión y violencia contra la movilización, la fuerza de todo un pueblo expresada en una huelga masiva el día 12 de noviembre de 2019 llevó a que los partidos tradicionales se vieran forzados a entregar alguna alternativa, que fue la realización de un proceso constituyente.
El señalado proceso permitió que se discutiera el modelo de relaciones laborales impuesto en dictadura que había aparecido durante la revuelta como demanda tanto desde la vereda de los derechos del trabajo como desde la seguridad social, y a partir de ahí, avanzar hacia la propuesta de un sistema distinto, marcado por derechos colectivos robustos para fortalecer la libertad sindical, así como la huelga en todos los sectores y la negociación por rama.
Nuestra creencia firme en la capacidad de los movimientos sociales de participar y dirigir el proceso llevó a que formaramos parte del Comando que formaron, y a su vez, de aquel levantado por los sindicatos con los que trabajamos día a día, siendo nuestra acción desplegada principalmente a través del Comando de Trabajadoras y Trabajadores por el Apruebo.
Con esperanza estuvimos en ferias, metros, calles, asambleas sindicales, expresando junto a las y los trabajadores por qué la propuesta de nueva constitución podía efectivamente desbaratar el plan laboral de Jose Piñera, mejorando los derechos colectivos de las y los trabajadores, sus derechos individuales, y reconociendo además trabajos que hasta ahora siempre han sido invisibilizados: los domésticos y de cuidado. En definitiva, veíamos en la propuesta de nueva Constitución una oportunidad para mejorar nuestras condiciones de vida que iba de la mano de la superación del modelo laboral y de seguridad social imperante hasta hoy.
Lamentablemente, nuestra alternativa no resultó ser la vencedora el 04 de septiembre. Creemos que la hoja de ruta construida es sólida y, sobre todo, posible y necesaria. Sin embargo, no logramos convencer a la mayoría de las y los votantes del plebiscito de que así era.
La derrota en las urnas nos deja muchísimos aprendizajes, pero también lo hace todo el proceso vivido durante los últimos tres años. En síntesis, creemos que hay algunos aspectos claros para el quehacer inmediato, y uno de ellos es la urgente necesidad de levantar un nuevo proceso constituyente de carácter democrático, paritario, con presencia de representantes de los pueblos indígenas e independientes. El Congreso de nuestro país y los partidos que hasta hoy lo sostienen no tendrán jamás como horizonte, así como han demostrado los últimos treinta años, modificar de manera transversal el sistema neoliberal y sus pilares, entre los cuales se encuentran todos los trabajos, productivos y reproductivos, y aquella regulación que hoy día atomiza y cercena a sus organizaciones sindicales.
Volver con la fuerza que tuvimos hace tres años, y que hoy conmemoramos junto a todas las y los compañeros que fueron víctimas de la represión policial durante este periodo, es fundamental para que eso ocurra. Esto implica alzarnos de manera organizada y permanente, aprovechando para ello los espacios organizativos que tenemos, como lo son comandos y organizaciones sociales y sindicales.
Por nuestra parte, reafirmamos nuestro compromiso a seguir disputando políticamente en todos los espacios junto a los y las compañeras y dirigentas con los que trabajamos, ya que lo que mueve y define el quehacer de nuestra fundación es justamente el fortalecimiento de la organización sindical con capacidad transformadora. Así, si bien creemos que se puede avanzar en este sentido durante el actual momento político, y a ello nos abocamos día a día, estamos convencidos de que dichos avances sólo serán sustantivos cuando exista un nuevo modelo laboral que asegure al pueblo trabajos dignos y posibilidades reales de organización, siendo ese, como siempre, el horizonte general de nuestra acción.